La Música es mi vida

Y espero que lo siga siendo hasta el fin de mis días, aunque hubo momentos más prolíficos anteriormente. Os cuento.

Siempre me gustó la música, su tonalida, sus acordes, su magia... Me regaló Mi tío el del Barça su guitarra española raída porque él se había comprado una nueva. Hice mis primeros "pinitos" con ella y me aferraba a ella, aunque mi madre nunca entendió porqué me la llevaba para cagar.

En la foto de arriba, el de la izquierda del todo soy yo, en uno de mis millones de cameos con artistas nacionales, que más tarde os contaré

Aprendí a tocar la guitarra y a deponer a la vez, manía que me quitó mi madre cuando tuvimos disecada a mi abuela en el excusado durante un mes y entraba la guitarra o yo. Creo que lo hizo para disuadirme del "arte" que tenía...Compuse tres o cuatro piezas, si mal no recuerdo la primera fue "¿Me quieres?", alegato al primer amor no correspondido, lleno de prácticas onanistas y sobredosis en los conductos deferentes. La letra no entrañaba palabras soeces ni pensamientos impuros, era el cabreo de un amor puro pero desigual por la fémina, regado imaginatívamente de grandes dosis de pajeo malabarístico, a dos manos y a veces con los pies colgando.

Esas cuatro canciones me las sabía de lujo, la que os he comentado, más "En el cine con palomitas", "Idílico paseo por el zarzal" y la pegadiza "Que sí, que sí..que no, que no", todas con ritmo pegajoso, cuatro acordes intercambiados, un pianillo destartalado y una batería fabricada con perolas y cajas. Los que me seguían el rollo en esos instrumentos eran Luis flavio y Alfrodo, respectivamente.

Mejoramos en lo musical, pero estancados en nuestras letras de temática amorosa-empalagosa-quinceañera, mientras nuestros pensamientos rozaban lo pornográfico. La época y la censura sólo dejaban pensar en voz baja.

Nos pusimos el nombre de "Los caramelos de Doña Dolores", haciendo un juego de palabras (barato, porque no decirlo) con las tetas de la susodicha, dos melones como mi cabeza. Con unas cuantas actuaciones en publos, donativos familiares y ahorros propios, grabaríamos lo que fue nuestro primer y póstumo single

El que besa es Luis Flavio y la besada una tía que estaba buena que se dejó hacer la foto. Las canciones hablaban de una chavala que era la única con la que podíamos "pinchar", las demás pasaban de nosotros. Claro que, la piba esta, era más fea que el carajo, le faltaban varios dientes y le cantaba la comilota, ...por eso hicimos la portada.

El grupo se disolvió sin ver un duro de nada de aquello, pero la persona que produjo este sustrato me llamó un día a sus oficinas.

Me comentó algo que ya sabía, que era muy buen cantante y músico y que si seguía por esos derroteros, sería una gran estrella. Me ofreció 5.000 pesetas de la época y me dijo que si las cogía era para ser una ESTRELLA. El confiaría en mí, y me lanzaría a la fama.

Las cogí. El siguiente paso era irme a la Capital con él.

Dicho sujeto era un productor que a "partir" de ahora le llamaremos J.A. Me alojó en una de sus múltiples habitaciones de su lujosa casa. Me dijo que construyera canciones en una semana, que lo demás "corría" de su cuenta.

Teniendo 20 o 25 canciones ya "mamadas", me conduce a un estudio de grabación profesional donde hay más personas que teclas. Me advierte que quiere algo nuevo y me invita a que me desnude, quedándome como taparrabos la guitarra. Me pongo a tocar una de las tonadillas y un señor barbudo se acerca a mí, me gira la guitarra y empieza a chupármela. Veo a J.A. que hace aspavientos como que siga y sigo tocando con el pequeño placer que te puede generar que te la chupe un casado. Se me escapa algún gallo, por arriba y por abajo, y termino la canción. Todos aplauden y J.A. me abraza.

-"Eres un genio"-Me dice mirando a la multitud

-"Tocaté otra" se oye en la sala.

Me arranco con "Tengo un bulto en el pantalón, y no son los caramelos" y antes del estribillo toco otras tres más, no canciones, sino pollas que se me quieren meter en la boca. Estoy preso de 50 madrileños con ganas de saciar sus apetitos sexuales conmigo...

Las doce o quince siguientes las toco instrumentales porque la manada de nabos que tengo en la boca no me deja guturar ni un puto sonido. Todo esto lo graba J.A.Nos vamos calentitos del estudio, sobre todo yo.

Le pido explicaciones de lo que ha pasado y me dice que es lo que hay, uno pone el dinero y el otro pone lo demás. Así será en adelante...

Otro día meto la voz en las "canciones" que grabé en ese estudio con la promesa de que unos músicos profesionales cerrarían la canción y J.A. luego le daría "forma".

Pasan los años y ningún Long Play mío sale a la venta, mis preguntas son siempre contestadas por J.A. adoptando yo la posición de rodillas, maxima altura que logré en su acaudaldo salón. Lamí bergas de todos los tamaños y sabores mientras me desquitaba haciendo canciones que intuía números uno. Pero nada fue así. Y decidí terminar con la farsa. El frotar se va a acabar. Me llené de arrojo y me escapé un día que la casa estaba solitaria, sin el personal de servicio. Cogí mi guitarra y me marché de esa casa de los horrores, no tan desagradables por aquella época.

Forme mi banda, y la llamé "El Chancro" con músicos del mal vivir. Ensáyabamos donde se podía y tocábamos donde nos dejaban... mejor vida.

Hacíamos versiones de temas conocidos como el del "Vino Griego" de José Vélez, que la llamamos "Y vino el griego", alusión a mi etapa más anal... fue nuestro único single, pero muy querido.

Tuve varios cameos en distitntos grupos como "Las monjitas del Jeep", "La Cabaña del fumeta" y "De ponernos guarros", grupos hippies del momento que usaron mi poder mediático que se desgastaba por momentos...

El productor J.A. consiguió que NADIE me contratase para tocar en el pequeño circuito de garitos que nunca me enseñó. Con mi guitarra en ristre, fui prostituyéndome por parques y esquinas sin elegir sexo para sacar algo para alimentarme. Sólo pensaba en mi música.

Me trasladé a Sabadell a buscarme la vida y ahora toco la pandereta y hago de corista en un programa de la televisión local. Cuando consigo sacar dinero para dormir en una cama, antes de acostarme intento componer una canción de AMOR... casi siempre lo consigo, la canción.

Y yo que le puse todo el empeño y me dan por culo...

"Ñññiiiiiuuummmmmmm". ¡Joder, todavía estamos en Daytona!...