(El título de la entrada es el de una canción de Espasmódicos, va dedicado a ellos)
Iba yo una mañana cualquiera, de un día cualquiera, caminando desde la parada del bus a mi eterno (?) trabajo. Iba bien de tiempo, el día anterior mi padre no se había emborrachado por culpa de una gripe gratificante y pude descansar y no recoger el cartón por él.
Digo que caminaba a mi bola fumándome un truji cuando de repente veo que a una señora que camina hacia mí se le queda encajado el tacón del zapato en una abertura de una alcantarilla. Era pronto, las seis y media de la mañana. No había nadie en esa acera, me acerqué a la señora.
Ella estaba afanada en sacar el tacón del orificio, preciosos y costosos zapatos. Yo vi asunto y me abalancé al bolso, lo así y tiré, me lo llevé. Corrí lo que pude, recordando mis tiempos pueriles, doblé varias esquinas, sin alicates ni nada parecido, y me escondí en una entrada a un portal. Ni rastro de la abuela.
Revisé el bolso: un monedero de piel bueno, lleno de leña, unas gafas de sol caras, diversas movidas de anciana y un vibrador metálico con restregones. Chupé un poco el vibrador, lo guardé y me dispuse camino al curro, olvidando el bolso en una de tantas papeleras que pueblan este barrio pudiente.
En el trayecto veo un bar abierto, accedo. El dependiente está fregando el suelo y ante mi visita me invita a entrar.
-Está usted fregando, no le molesto...
-Pase, estaba limpiando con mi hijo, pero ha llamado mi mujer que le acaban de robar aquí al lado...
-No joda...
-Joder ya no jodo hace tiempo, alguien le ha quitado el bolso y ha salido corriendo, ya sabe cómo está el patio...
-La verdad es que la cosa está malita, tanta crisis, lo único la putada de tener que renovar carnets, tarjetas y cosas por el estilo...
-Eso no es nada, la pobre llevaba veinte mil euros en metálico en un sobre que se lo iba a dar a nuestra nuera, es que mi hijo se casa, era nuestro regalo.
-Joderrrr..
-Sí, es una lástima
-Los llevaba en el bolso?
-Sí, ya se lo dije yo, escóndelo en otro sitio, llévalos contigo encima... ni caso...
-Suele ocurrir...
-¿Qué va a tomar?
-Nada, me pilla el tiempo, gracias... Adios
Salgo follado a la papelera donde metí el puto bolso, ¡¡Hija de puta!!... Cómo no vi ese sobre, estaría en un departamento con cremallera.
Llego a la papelera, la arranco de la farola, miro a todos lados, la vuelco. NADA. ¿Seguro que era esta? Vuelco la de al lado, tampoco. Son menos diez, llego tarde a currar...
Me voy al tajo con un mosqueo del copón, llego allí y me pongo a escuchar las barbaridades que me dicen por teléfono cuatro gordos asquerosos, que si me la quieren chupar, que si me ponga haciendo el perrito,...
.../...
Pasa parte de la mañana y a las once descanso y me bajo media hora a tomarme algo. Bajo al bar de siempre, el de Sebas. Hace una tortilla de patatas con ajetes cojonuda. Me acoplo, veo una multitud, un corro del carajo. No me acerco, no va conmigo. El corro se abre y vislumbro unas piernas azules, alguien de Halloween, supongo.
El corro se abre más y esa persona sale de él, el puto Supermán, sin gafas, claro, me mira y me da un bolso. El olso que le robé yo a la anciana hace unas horas. Por su aspecto ojeroso ha trasnochado, bebido y fumado, va fumao el hijoputa. Me insta a que lo abra y se rie, se descojona.
La gente le ve y se enorgullece. Yo me cago en su padre, la vista de rayos X me ha dejado sin todo ese parné.
Qué se puede esperar de un tío que lleva los calzoncillos por fuera y se hace el caracolillo como las tonadilleras...