Relatillos de madrugada ( y 5 )

La Autopsia.

Debido a mi trabajo de forense, tengo que bregar con situaciones que, para mí (como médico), me incomodan.

Corría el año 2006 cuando me avisan por teléfono a la Morgue que van a llegar los cadáveres de tres mujeres fallecidas en un accidente de tráfico. Me apuntan que haga un estudio minucioso, pues según mediciones de la Guardia Civil, circulaban a gran velocidad con un deportivo de lujo y no se entiende claramente el accidente. Imagino en un primer término que la conductora habría ingerido sustancias nocivas para la conducción y preparo la sala.

Es Agosto, y aunque son las dos de la mañana, el calor es aberrante. Quiero hacer una prueba: cojo un hielo del frigorífico y me voy a mi despacho, me bajo los pantalones y el slip , me tumbo bocaabajo y me coloco el hielo al final de las nalgas, justo donde empiezan los muslos. Quiero ver cuánto tiempo tarda en derretirse el cubito.

Seis minutos después, me levanto placentero, frotándome el agua vertida por las pelotas para un secado rápido. Recompongo mi uniformidad y salgo del despacho. Veo hablar a mis dos ayudantes al fondo del pasillo. Son rumanos de contrato, haciéndo las suplencias estivales a mis queridos Óscar y Julito.

-Chicos, voy a lavarme las manos y a ponerme guapo, hoy hay jaleo del bueno.

-¿Se va a lavar las manos? ¿ Ha habido hielito? -pregunta el más socarrón.

-Sí, apuesta cuánto ha tardado hoy...

-Seis minutos en desacerse, -dice de nuevo el listillo.

-Veintiuno, -dice Andrew

-¿Nos jugamos diez pavos como siempre?

-Sí, -dicen al unísono.

-Pues perdéis, han sido ocho minutos largos, me debéis veinte euros, machotes...

-Joder, no hay quien gane al Doctor, -dice Andrew, con lástima.

-Daos caña, -les digo- , que creo que vienen tres modelos de tetas gordas que han tenido un accidente. Quiero los cuerpos bien limpitos cuando llegue a la sala. Voy al bar un rato a ver si han sacado la especial...

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Me tomo tres tubos de cerveza e ingreso 230 € en la máquina tragaperras, cuando suena mi móvil: los fiambres están allí.

Sin prisa ninguna, lapido mi cuarto tubo y me dejo llevar a mi rutina diaria. Ahora a la derecha, sigo un poco, voy tocado, ojo escalón, cuidado plantas, todo recto.

Entro en la sala. Los cadáveres están repartidos en distintas mesas. Los miro. Estaban buenas las tres cabronas. El listillo corre hacia mí y me dice:

-Jefe, ésta de aquí tiene una gamba en el chocho...

-Venga, por Dios, os he dicho limpiar, no manipular o toquetear.

-Que no, que tiene una gamba ahí...

-Vamos a ver...

Miro la vagina de la joven y no aprecio nada, salvo un clítoris desmedido.

-¿Esto? ¿Te refieres a esto?- le digo.

-Sí, -dice el ayudante.

-Esto es el clítoris, a ver si nos vamos familiarizando...

-Joder, pues SABE A GAMBA!!!

-Por favor....!!!, espera!! quedaos quietos los dos.

Cojo el móvil y llamo al vigilante nocturno.

-Oye, vente pa cá ...

-¿Hace falta?

-Sí, te llevas a estos dos a donde sea, a la cafetería si quieres.

-Espera, Agus, a ver si puedo, tengo una cogorza del doce, voy pallá , no tardo ni media hora.

Y Andrew, masturbándose con la escena, de película...

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(De película!!, es un fotograma de la película "Aftermath", dirigida por Ignacio (Nacho) Cerdá, auténtico referente y joven gurú del cine patrio, con filmes de bajo presupuesto se hizo un hueco en la escena. Esta película tiene unos años y creo que rula por internet, yo tengo el VHS original, RECOMENDADÍSIMA. Este tío es un maestro del terror.)

Saludos sin arcadas.

(Por cierto, esta historia NO tiene nada que ver con la peli, sólo la gayola y quizá)