(...) la puñalada era prácticamente mortal, muy cercana al corazón. Yo sostenía su cabeza, arrodillado en el suelo, mientras la sangre de su boca sólo le permitía valbucear... Intentaba tranquilizarla, pero apenas se movía. El final estaba cerca. Ese cuchillo había sesgado la mitad de su vida, mientras la otra mitad lo veía. No era consciente de que mi mujer moría lentamente. La mesé su cabello precioso, pasé las yemas de mis dedos por sus despobladas cejas. No hubo respuesta positiva por su parte. En un arranque de ira pregunté al viento quién había cometido ese crimen. Ella me dijo claramente "has sido TÚ".
Saqué el cuchillo de su cuerpo, lo limpié un poco y me lo guardé en la funda al uso que portaba mi cinturón. Apoyé cuidadosamente su cabeza en el suelo y me marché de la "suite". Lo demás es historia...
Parece un texto extraído de algún escrito pero lo único extraído fue el cuchillo.
Salud a todos ( y a todas).
El Agus.
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1 comentario:
Se lo merecería,sin duda,uno mata así porque sí...
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